Se empieza a ver un cambio importante en la fisonomía de las canteras de Campredó.  Los expertos de las diferentes universidades implicadas en el proyecto de restauración supervisan la  operación de movimientos de tierra  para que se reproduzca fielmente el diseño concebido a través de los programas y metodologías establecidas. Por otro lado,  nos aseguran que los avances ya son palpables,  que la parte restaurada ha aguantado muy bien las lluvias de la primavera y que el agua ha propiciado que, además de que las plantas que se colocaron en el pasado mes de abril tengan un buen proceso de crecimiento,  hayan crecido otra nueva vegetación de forma espontánea. Una buena noticia.